sábado, 29 de xaneiro de 2011

el año que usaba palabras argentinas

Estando escuchado una radio argentina donde trabaja un amigo, y mientras mis muffins se hornean, he decidido de contar el año que hablaba en castellano con acento gallego y palabras argentinas.
Fué en el curso 01-02, donde con una beca Séneca-Sicue (una Erasmus, pero dentro del territorio español). Yo había decidido ir a Granada y allí fuí a parar. 
La noche de Halloween que copiamos de los americanos, conocí a un chico argentino que aquel año pasó a ser una persona muy importante para mí ese año. Fué una relación estraña, o no tanto, según se mire, pero la amistad que nos unió mientras duró fué muy importante, por lo menos lo fué para mi. Fué un apoyo incondicional en aquel año.
Tocaba con un grupo donde su lider era uruguayo. Descubrí el candombe, porque sí, Uruguay también tiene su música identificativa. De los mejores momento que pasé aquel año era cuando iba a sus conciertos. Como era ya parte del grupo musical, supuestamente la reportera gráfica, lo que le pagaban en especies también era para mi, así que cayó alguna cerveza gratis en aquellas noche musicales. Poco a poco, me fuí integrando en su grupo de amigos como una más, un grupo mayoritariamente de argentinos y alguno que otro uruguayo, donde pasaba mucho de mi tiempo libre, con todos aquellos hombres que había cruzado un océano para intentar mejorar su vida después del famoso corralito.
Fué el año en que comencé a saber el protocolo del mate. El año en que los asados era con chimichurri, donde tuve la agradable sensación del dulce de leche por mi garganta, donde brindé con la Quilmes, donde vi una botella de ginebra Bols desparramarse por el suelo para desesperación de algunos y guardaba los yogures en la heladera. Fué el año en que yo me vestía pollera con remeras, y mi ropa interior pasaron a ser corpiños y bombachas. De noche me tapaba con la frasada después de ir a boliches a montar quilombos. Fué el año en que Argentina perdió en la primera ronda del mundial, quizás porque la cancha no le era favorable, quizás porque el arquero tenía mal día, o quizás porque ya no jugaba el Dios Maradona. 

venres, 28 de xaneiro de 2011

tenis

Os podrá sorprender que estoy haciendo a estas horas de la mañana en casa y viendo ya la tele. Pues viendo tenis, Ferrer vs. Murray, semifinales del Open de Australia 2011, primer gran torneo de la temporada. Si amig@s, soy una gran aficionada al tenis, y actualmente una "Nadalista" hasta la médula, pero a falta de Nadal, habiendo aún un español y que por fin una tele en abierto se acuerda de los aficcionados al tenis (Cuatro), que menos que aprovechar.
Mi aficción al tenis viene desde muy niña, tan niña, tan niña que apenas sabía aún andar. Me la pegó mi madre. En Francia, este deporte es muy seguido, no solo por el Roland Garros, sino que lo ponían mucho en la tele (década de los 70 y 80) y a mi madre le encantaba. En verano, fin de semana si, fin de semana no, televisaban este deporte. Me cuenta mi madre, que los sábados iba hacia a ella, y le decia que pusiera el pum-pum pum-pum. Parece ser que me pillaba un berrinche cuando no había tenis. 
Cuando nos venimos para España, ya sabemos lo que es el deporte rey. De tenis ni hablar, hasta que por fin, Arancha, Conchita, Berasategui, Bruguera ganaban torneos y comenzaron a poner los cuatro grandes, hasta que vienieron las tele privadas y nos fastidiaron el cotarro.
Uno de los primeros partidos que recuerdo muy estresante para mí mientras lo veía fué el de Arancha Sánchez Vicario vs. Steffi Graf en el Roland Garros de 1989, donde la jovencisima española derrotó a la alemana. Claro que después esta última se vengó en los años en esa misma pista, en los años 1995 y el 1996.
Siguiendo con el tenis femenino, otro partido en el que disfruté también jugaba S. Graff, pero contra Martina Hingis. Lo disfruté por las polémicas declaraciones que había hecho la suiza (que estaba de nº 1 en la WTA) de que nadie la podría derrotar, porque sus contricantes eran "viejas". Ganó la Graff, y los disfruté como si fuese española. Actualmente el tenis femenino no lo televisan, razones obvias, no hay españolas destacadas, así que habrá que esperar a que alguna aparezca.
Actualmente, los duelos Rafael Nadal vs Roger Federer, son los que más me estreso y disfruto. Sabiendo que los dos parecen invencibles y los dos son vencibles, dándolo todo. Uno sin soltar una gota de sudor ni un gesto que denote su estado de ánimo y físico, y el otro sudando a la gota gorda y gritando en cada golpe con todo su cuerpo y su vida. Dos formas de jugar tan distintas y tan buenas las dos, que hace que estos partidos sean realmente especiales. Si gana el español, más aún.
Actualmente,  tenemos a la "Armada Española" que nos están dando muchas alegrías, tanto como equipo, como individualmente. Por lo cual, las televisiones se acuerdan de nosotros, y gracias a ellos, consideran esto como algo de interés publico y nos lo televisan más, por lo cual los aficcionados al tenis nos refrotamos las manos.
Si, soy una gran aficcionada al tenis. De esas que madrugan para ver tenis, que comen antes para ver tenis, o directamente no comen, que trasnochan por el tenis, que si salen de fiesta se vuelven a las tres para ver tenis, que no se va a una excursión si hay buen tenis. Que no se va de viaje si hay tenis. Bueno eso no, porque me perdí la final Nadal-Federer de Winblendon del 2008, del que solo llegué a ver de milagro el ultimo punto donde Nadal por fin ganó en hierba al suizo, por estar en un viaje con mis amigas en Barcelona.

grupo de seguidores en el fb

Para saber quienes me siguen y que hagais aportaciones que considereis oportunas, he creado un grupo en el caralibro (léase facebook) que es público, por lo cual creo que será fácil de encontrar y haceros miembros. Si teneis algún problema me mandais un privado a mi cuenta particular y yo os incluyo como miembros. Creo que así esto todo será mucho más interactivo.
El nombre del grupo es obvio. Blog de moka: diario de una fontan.
Animaros a participar.

mércores, 26 de xaneiro de 2011

juegos de la infancia

Siguiendo el hilo de la entrada anterior, hoy hablaré de los juegos de mi infancia en la aldea. Soy de las que opinan que todas las niñas y niños deberían pasar su infancia en el campo, así sabrían desde siempre que la leche viene de las vacas y los huevos de las gallinas. ¡Y jugar por donde quieras!
En mi aldea había muchas niños y niñas, somos de boom de natalidad de la década de los 70. A veces, si nos juntábamos todos, podíamos llegar a ser una veintena. Había dos grupos diferenciados. El de los mayores, que tornaban la edad de mi hermano y daba la casualidad que casi todos eran niños, y el que rondaba mi edad, mayormente femenino.
Las pocas veces que nos juntábamos todos, solíamos jugar al "brilé". Era un juego de pelota formado por dos equipos. Consistía en ir eliminando a los miembros del equipo contrincante pegándoles con la pelota. Está claro que ganaba el que primero eliminaba a todos del equipo contrario. A mí, en este juego me sucedían dos cosas. Una, era la última en ser elegida para la formación de los equipos, y dos, era la primera en ser eliminada. Las razones son obvias, no se me daba bien correr rápido. 
Otro de los juegos que recuerdo donde participabamos ambos grupos era a "V". Un simulacro de la serie que tanto nos gustó a los de mi generación. Ahora hay un refabricado (léase remaker), del que prefiero no proferir comentarios. En ese juego yo era "Dayane" (si es que se escribe así). Era la que siempre estaba en la nave nodriza, (la nave nodriza era un hórreo) y mandaba a quienes debían perseguir, detener y torturar para que se chivaran del escondite de los demás de la resistencia. Que yo siempre fuese la mala de los lagartos también es obvio.
Cuando estábamos solo las niñas, a lo que jugábamos es muy obvio, a las casitas. Las hacíamos con tablas. Tenímos de todo, tiendas, médico, veterinario, floristería, pastelería con tarta. La tarta era un masa echa de agua y tierra en la tapa roja del bote de colacao adornado con una florecita. Con imaginación lo hacíamos todo.
Fué un tiempo muy feliz, donde sabía que era especial. Todos los amigos de mi hermano (el grupo de los mayores) eran mis novios. ¡Cuántos novios tenía! ¡Cómo no iba a sentirme especial!.

luns, 24 de xaneiro de 2011

una entrada especial

Me encontraba ayer fuera de mi ciudad, cuando a través del móvil entre en mi caralibro (léase facebook). Tenía un mensaje privado de una amiga de la infancia que recuperé gracias al caralibro. Leyó el blog y decía que un día escribiría algo ella de como me veían los niños con los que jugaba en mi niñez en la aldea. Como no puede escribirlo directamente, la animé a que me lo mandara y que se lo publicaría. Hoy tenía otro privado, con esto escrito. Está tal como ella lo escribió.

"Estaba leyendo el blog de "Moni", porque asi se llamaba entonces y se seguirá llamando para los que la conocimos en aquellos tiempos...y quise ponerle fecha a nuestro primer encuentro.Resultó imposible.
No puedo ubicarla en un momento determinado de mi niñez pero si puedo contar miles de anécdotas de la "niña enferma" que no era tal...porque aunque se empeñaban en decirnos que estaba malita por culpa de su corazón nunca vimos en ella una niña triste y mucho menos enferma...los límites siempre los puso ella, y nunca dejó que eso le afectara ni en su relación con todos los niñ@s de la aldea ni en su dia a dia .
Recuerdo que mi madre sentía (siente) especial cariño por esa niña, ambas comparten muchas cosas....pero como diría Moni:esa es otra historia...siempre me decía que ella era especial, que no la castigarámos demasiado con juegos muy fuertes y que si alguna vez se "dormía" mientras jugábamos tenía que ir corriendo a despertarla y a buscar a su madre...bendita inocencia....Nunca pasó nada importante...algún moratón, alguna riña por jugar cerca del rio...algún que otro enfado...Solo risas, muchas risas....los mejores recuerdos de mi niñez están en la aldea de nuestros abuelos y en aquellas tardes jugando a todo lo inventado y por inventar ¿verdad Moni?
Pero también hubo un tiempo muy triste...fui a buscarla para jugar y ella no estaba...algo había pasado,sólo recuerdo que mi madre lloraba mientras hablaba con su abuela, estaba en Madrid pero no supe muy bien el motivo...pasaron muchos días hasta que ella volvió. Era como un muñeco de trapo, con el pelo rapado los ojos muy tristes, no era ella, no quiso jugar....lloré mucho ese dia porque pensé que se moría supongo que me enfadé con ella con mi madre con la suya con... con todo el mundo!!! no era justo, al final ¿sería verdad que estaba tan enferma? Pero volvió a vivir...se pegó los trozos como bien pudo y salió otra vez a pelear y a comerse el mundo...ha sido, es y será una...luchadora siempre...nunca corrió detras del balón, nunca se tiró en bicicleta por aquellas pistas de barro, nunca se metío en el río en invierno...pero siempre estaba allí con tod@s, contagiándonos de sus ganas de vivir, sin bajar la cabeza un solo dia, sin pedir trato especial, sin mirar atrás....por todo esto y por todo lo que podría contar...gracias Moni...por todo lo que has luchado y por todo lo que nos has enseñado...
S.C.C"

Tengo que confesar, que leer esto me emocionó enormemente y los ojos vidrioso volvieron a aparecer. Contar que lo que recuerda está amiga fué cuando volví del verano del abceso cerebral (ya contado en alguna entrada) donde los primeros meses estaba medicamentada con sedantes y neurolépticos fuertes que poco a poco me han ido retirando. Pero a raíz de esta historia tengo una anécdota que contar con esta amiga. Cuando a una niña con cierta melena le rapan el pelo y luego le empieza a crecer, cuando ya puede hacer una colita se emociona. Un día llegué a la parada de autobús escolar, muy contenta, porque me podía hacer una cola. Esta amiga, sincera siempre, me vió los cuatro pelos del cogote atados con una gomita y dijo, eso no es una cola. Es verdad, hasta la cola de caballo faltaron muchos meses más. Pero yo era feliz.
Gracias amiga.
P.D.: si alguién que me conoce quiere contar algo, que me envíe un privado y se lo publicaré.

sábado, 22 de xaneiro de 2011

buscando

Escuchando la radio buena música, me he animado a contaros una anecdotilla.
¿Nunca habeis estado buscando algo que teniais ya puesto?. Los que usan gafas, como yo, seguro que un día estuvieron buscando las gafas por todos los lados con una visión perfecta. 
Pos eso me paso una vez a mi de niña. Fué en mi primera operación cuando yo contaba con siete años. Era la hora de la merienda. Los que podíamos comíamos en el comedor de la planta, que a su vez era la habitación donde se jugaba. Había un contenedor lleno de juguetes donde se guardaban. Pues allí estaba yo buscando un juguete, revolviendo y revolviendo, hasta que de pronto, ¿y mi bocadillo?. Comencé a buscarlo desesperadamente en el contenedor, revolviendo y revolviendo, y no aparecía. Me estaba poniendo nerviosa, en mis ojos se acumulaban las lágrimas buscando una salida, y yo aguantando y no subiendo la cabeza para que no se me vieran los ojos vidriosos, y removiendo y removiendo. Mi madre, que todo lo intuye, me pregunto si me pasaba algo. No! dije (bueno en gallego), pero la voz que te sale cuando estas aguantando la acumulación de presión ocular me delató. Se acercó, y me volvió a preguntar: - ¿Te pasa algo?. a lo que yo rompiendo a llorar desconsolada respondí: - Me cayó el bocadillo. Mi madre me miró con esa cara que ponen las madres cuando te quieren llamar tonta. - ¡Si lo tienes en la mano!
Si, es verdad, lo tenía en la otra mano.
P.D.: siento decir que con la traducción el diálogo pierde mucho.

ansiando mi rutina

Ya estoy en casa. Pero aún no estoy como siempre, pues me falta volver a coger mi rutina, que no tengo asentada desde antes de navidad, por lo cual aún no siento que estea completamente en mi casa. Y aún tendré que esperar, porque creo que hasta el martes, eso no podrá ser. 
Tengo ganas que a las 9:02 a.m. me llame mi novio y yo le diga, un poquito más, la propinita, para que una aproximadamente media hora después me levante, me vista, me asee y baje a desayunar mi café con leche con doble azucarillo al bar de siempre y luego sesión mañanera de estudio en la biblioteca. Luego a comer a casa de mi madre, pequeña charla con ella mientras me tomo el postre en su compañía (ella come antes) y a casa, momento precioso del día con el té rojo, las noticias y mis compañeras de piso. Media horita de siesta y vuelta a la sesión de estudio por la tarde, mínimo hasta las 8: p.m. Luego, lo mejor del día. Ducha, cena y sofá, internet, televisión y compañía de mis dos niñas. A eso de la medianoche cama y una charla telefónica con mi niño. Tengo un montón de ganas de volver a tener mi rutina.
Muchos piensan que la rutina es lo más aburrido del mundo, la disculpa de la mayoría de las roturas de las relaciones de pareja, pero es lo mejor. Tener unos ritmos de vida regulares hace la vida más facil y saludable, es bueno. Pero para que no sea aburrida, el mejor consejo es romperla, no cambiarla romperla con una pequeña acción. 
P.D.: Mi sobrino está divino.

xoves, 13 de xaneiro de 2011

una entrada inesperada

Sé que hace mucho que no escribo. Pero mi vida últimamente se divide entre Santiago y Madrid, y nunca se sabe cuando vuelvo a mi casa si tardará mucho o poco en llamarme mi hermana para anunciarme que mi sobrinito vuelve a tener fiebre. Cuando mi hermana llama y me anuncia que el niño tiene fiebre, se activa el protocolo. Mokiña compra el billete en el próximo tren, hace su maleta (que realmente ya nunca deshace completamente) y anuncia en el juego de aldeas online que le vigilen los recursos y  que sus soldaditos no se mueran de hambre ya que no va a poder conectarse como de costumbre.
Es tan así que estoy escribiendo esta entrada desde el Hospital de La Paz (viva la wifi gratis y el miniportatil de mi cuñado). Esta vez el niño no se conformaba con tener fiebre de catarro, no! Prefería pillar se un virus o una bacteria (no aciertan muy bien estos médicos en que ha sido) y así, además de que viniera su tía-niñera-enfermera sino que también se presentaran sus abuelos para llenarlos de mimos.
No se preocupen, el niño está ingresado pero no está nada mal. De cierto se lo pasa en grande rodeado de la gente que le quiere y que no hacen más que tonterías para que se entretenga y ría, aprenderle a decir adiós cuando alguien se va, a chocar las cinco o que es caca muchas de las cosas que se quiere llevar a la boca. Un encanto encantado. Un niño feliz.

mércores, 5 de xaneiro de 2011

un verano

La estancia más larga en la que yo estuve ingresada en un hospital ha sido todo un verano. Fue cuando sufrí el absceso cerebral. Después de la intervención para su extirpación y el post-operatorio en la UVI, del que no recuerdo absolutamente nada, tuve que quedarme ocho semanas más para recibir tratamiento.
Fue un gran verano. Conocí muchas niñas y niños de los que apenas recuerdo cuatro matices de cada uno. Lo que recuerdo siempre con una gran sonrisa de ese verano son las carreras a lo largo del pasillo de la planta con nuestr@s novi@s. ¿Qué que son los novi@s? Pues los palos-sujeta-sueros -nunca supen como se llamaban- con ruedines que servían para que no perdieramos la vía por donde nos medicaban. Esos palos-sujeta-sueros llegaba a ser tu mejor amigo, o como decíamos nosotras y nosotros, nuestr@s novi@s. Lo que más apreciabamos de un buen novi@ era que tuviese unos ruedines perfectamente engrasadas. Como estaban numerados y por la noche nos lo sacaban (el suero se sujetaba en en palo-sujeta-sueros de la cama), implorábamos a nuestras madres que fueran las primeras en buscar el nº 2, sino el 6, sino el ... . No sé el resto de las madres, pero la mía no me hacía mucho caso, ella iba, los iba probando y el mejor que anduviese se lo agenciaba. Claro que mi madre era de las primerísimas que se despertaba e iba hacia el rincón donde descansaban nuestr@s novi@s.
De ese verano también recuerdo mucho la Tv. Se alquilaban pequeñas televisiones por semana, y mi madre alquilaba una. Fue el verano que en la sobremesa (creo) apareció David Hasselhoff con sus pantalones vaqueros ceñidísimos y su coche fantástico que hablaba, conducía solo y para colmo podías llamar por el reloj. Ese verano los niños nos pasamos llamando a Kitt por nuestros relojes. Luego vinieron la moto fantástica (véase el Halcón Callejero) e el helicóptero fantástico (véase Trueno Azul).
También fue el verano de las maquinitas. ¿Que qué son las maquinitas? Pues las antecesoras de las Gameboys pero con un solo juego. Parece ser que las maquinitas eran juguetes para niños (grrrrrr), pero yo insistí e insistí, así que mi madre no le quedó más remedio que ir a comprarme una. Recuerdo que era el gato Sylvestre cazando ratones para su hijito. Esta maquinita tiene otra historia. Recuerdo que un chico con nombre de emperador romano, que venía de cuando en cuando a recibir su medicación. Era un chico alto, supongo que de unos 14 o 15 años. En su estancia de un día tenía que estar en la cama (la medicación lo debilitaba mucho) y poca cosa podía hacer, así que le dejaba mi maquinita. Recuerdo que aquel muchacho, con sus dedos índice y corazón de su mano libre -la otra estaba con el suero- jugaba con una asombrosa habilidad, ¡me destrozaba todos mis récords!, que lo confieso, luego se los borraba.
No sé si fue un verano caluroso. Fue el verano donde le riñeron a una niña por visitar a un chico con leucemia de étnia gitana. El verano donde algunos no teníamos pelo. El verano donde muchos se iban y unos pocos nos seguíamos quedando. El verano de la entrañable enfermera Socorro. El verano de la chica que siempre le faltaba un cromo de su colección de los Osos Amorosos. El verano donde al final no pude hacer mi primera comunión. El verano donde mis hermanos no estuvieron con su madre. El verano de 1986.

martes, 4 de xaneiro de 2011

mi ciudad


Vivo en la ciudad que está al final del camino, bueno, de los caminos, porque hay varios. Una ciudad donde dicen que la lluvia es arte. Esa persona seguro que no ha vivido aquí. Es verdad que mi ciudad con sus calles mojadas y de noche, tienen un encanto, una magia indescriptible, pero la lluvia no es arte. Aquí la mayoría de veces llueve de canto gracias a un viento que suele ser helador, un frío húmedo que se te cuela por la piel y los huesos y se te cuela hasta el mismo corazón. Una lluvia que hace que camines encorvado y encogida, tensa, tan tensa que cuando te das cuenta te duelen los músculos, así que permítanme disentir, en que la lluvia es arte.
En mi ciudad hay una catedral. Final del camino de los peregrinos que recorren los caminos para ganar su jubileo. Caminos que un "año xacobeo" se tornan más poblados, como lo ha sido el año que recién terminó. Para que no lo sepan, el "año xacobeo" es cuando el 25 de julio, día de Santiago Apóstol coincide en domingo. La catedral de mi ciudad tiene diversos estilos artísticos que ha ido acumulando a lo largo de los siglos en los que ha sido construida. No sé de arte, así que para saber más de ella, seguro que en la wikipedia hay información.
Tres curiosidades de la catedral si que os voy a contar. Una de ellas tiene que ver con el "año xacobeo" ya mencionado. Eses años se abre la denominada Puerta Santa. Es una puerta cerrada a piedra que se abre el 31 de diciembre del año previo al xacobeo y se cierra el mismo día del año siguiente. Ese año todos los peregrinos entran por esa puerta, dicen que ganan realmente el jubileo y le son enmendados sus pecados. Hay numerosos rituales, entre ellos cruzar la puerta haciendo tres cruces o rezando, permítanme diciendo "no sé que".
Otra curiosidades que hay en la catedral, es una figura del Apóstol Santiago a lomos de un caballo blanco con una espada cortando cabezas de moros, es el llamado Santiago Matamoros. Debido a los lamentables atentados islamicos sucedidos, algunos (no se quién) pidió que por respecto se retirara la figura, cosa que no pasó. Sin embargo, la solución ha sido poner muchas flores sobre la base de la figura y tapar las cabezas sangrantes.
La última curiosidad está en la denominada "Pórtico da Gloria". Diseñada por el Maestro Mateo, que ante la visión de que había echo una obra maestra optó por firmarla con su cabeza en alguna parte del proyecto previo. Eso parece ser que a la Iglesia no le gustó y optaron por poner su cabeza hacia el altar mayor como si estuviera de rodillas pidiendo perdón por su osadía. La costumbre popular, hizo que se instaurar un ritual, que era apoyar la mano en una de las columnas del pórtico pidiendo un deseo y luego dar la vuelta para darte unos golpes en la cabeza del maestro a ver si te pasaba algo de su inteligencia y se cumplía el deseo. Ni que decir que o me dí muchos "croques" en esa cabeza, pero no creo que el maestro me pasara mucho ingenio del suyo, seguí siendo una pésima estudiante. Deciros que debido al estado de deterioro que estaba teniendo tanto la columna como la cabeza, ese ritual fue prohibido.
Tiene mi ciudad una zona histórica que es inmensamente bella (permítanme la licencia), que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Varias calles son las famosas y más turísticas, entre ellas la "Rúa do Franco", famosa por sus bares de vino y restaurantes donde te cobran muy bien el marisco, ¡vamos! para sablear a los turistas. Pero la calle que a mi más me gusta es la "Rúa de San Pedro". La calle por donde llegan la mayoría de los caminos, siendo el último tramo del camino desde la penúltima parada en el "Monte do Gozo". Es un calle de casas más bajitas, de piedras, más típicas de una aldea que de una ciudad, con tiendecitas familiares, panaderías, alguna que otra tasquita, personalmente, es la que más encanto tiene para mi.
La ciudad de la que estoy escribiendo, es mi ciudad adoptiva, donde vivo desde que tengo doce años, a la que realmente siento que pertenezco. Mi ciudad es Santiago de Compostela.

sábado, 1 de xaneiro de 2011

feliz año a tod@s


Ya estoy despierta, de la noche en la que celebramos la nueva entrada de años, como todos los años. Cada cultura, pueblo, persona tiene una forma de celebrarlo, y aquí en España, también tenemos la nuestra, con nuestras supersticiones.
Personalmente, empiezo la noche cenando con mis padres, esta vez los tres solos. Una cena parecida a la de noche buena, tres marisquillos, una carne asada, y postres típicos de la temporada. Comenzamos a comer a eso de las diez de la noche, no vaya a ser que el cambio de fecha nos pille aún dándole a los carrillos, bueno de la cena, por que los Españoles, o la inmensa mayoría comenzamos el año comiendo doce uvas al son de las campanadas del reloj de la Puerta del Sol (foto).
Lo de tomar las uvas es todo un ritual. Te pones delante de la tele, con las uvas ya preparadas anticipadamente y seguro que recontadas unas cuantas veces, para asegurarte que no te falta ni una. Comienzan los presentadores, felicitando el año, hablando un poco, y como cada año, explicándole a los telespectadores lo mismo de siempre, como son los sonidos del reloj, que a esta altura de vida, ¿habrá alguno que aún no se sepa tomar las uvas al son de la Puerta del Sol?. Pues así estamos, como dice una canción, todos los españolitos, pendientes de los sonidos del reloj. Cae el carrillón con su musiquita (tiritiritiritiritiriiiiii), y luego los cuartos (din-don, din-don, din-don, din-don) y ahora las campanadas (dong, dong, dong, ..., hasta doce) y con cada dong una uva. Si te las tomas todas, tienes suerte todo el año entrante. Pobre mi madre, que a la sexta uva le dió la risa y solo tendrá suerte la primera mitad, que será de su segunda mitad.
Así empecé el año, comiendo mis doce uvas.
¡FELIZ AÑO 2011!
 

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