xoves, 27 de outubro de 2011

el verano que mi madre fue a la playa

Playa da Torre, la playa del verano de 1990
A mi madre no le gusta la playa, pero no le gusta nada de nada. Si hubiese un concepto que significase menos de nada, se le aplicaría también. De niñas no era mi madre quien nos llevaba a mi hermana y a mí a la playa en verano, sino mis tías. Pero hubo un verano, el verano de 1990 en que mi madre nos llevó a la playa, a la Playa da Torre. Ese año, fue el año de mi operación. Ese verano, fue el verano de mi convalecencia.
Ese verano me lo pasé casi todo en la cama. No recuerdo si me cansaba rápido o si el calor (porque fue un verano muy caluroso) hacía que se estuviera más a gusto en la cama con las persianitas cerradas. Por los días de semana mi actividad física se limitaba a dar el paseo nocturno en familia. Era un paseo muy particular. Visto ahora desde lejos, creo que mi familia y yo formábamos un cuadro muy pintoresco. Os imaginais, unos padres y dos niñas que salen del portal de su casa, para subir su calle hasta un extremo y luego bajarla al otro extremo y volver a subirla hasta la mitad que era donde se encontraba mi casa. No os creáis que la calle era larga, pero el paseo si lo era, porque la velocidad era comparable al de un caracol, si si, un caracol ágil podía ganarnos.
El fin de semana nos íbamos a la aldea. Quizás el sábado salía o jugaba algo más, pero la verdad que lo que recuerdo son las visitas de los vecinos que hacían que me levantase de mi plácida camita.
Pero era domingo, y el domingo, no solo era día de ir a misa (que la verdad no recuerdo si fui o no) si no de que mi madre se pusiera el bañador de los años 60, si si, antiguo, antiguo, e hiciera de tripas corazón para que sus niñas (léase mi hermana y yo) y sobre todo yo (lo siento por si mi hermana se ofende) fuesemos a la playa. Allí la niña (sígase leyendo Moka) se transformaba. Se metía en el agua, si no estaba fría (casi siempre) porque sino, no te metes que coges pleura, jugaba con la arena, con las hijas e hijos de los vecinos con los que nos encontrábamos cada domingo. 
- Que no te metas en el agua que esta fría.
¡Si en Galicia siempre está fría!
Allí estaba mi madre con las vecinas, dándole a la lengua con el ojo vigilando lo que hacía, que si agua, que si arena, que si... - Mónica, ponte la camiseta que no te puede coger el sol en la cicatriz.
Para un año que me trae a la playa, que pesada se pone mi madre. Bueno, tengo que reconocer, que ha sido un sacrificio que hizo por mi, así que a pesar de todo, se lo reconozco y se lo agradezco.
Ah! mi padre también venía a la playa con nosotras, pero como a él le gusta, no lo destaqué, pero si si, también se lo reconozco y agradezco.
Gracias mami y papi por el veranito de playa.

domingo, 23 de outubro de 2011

treinta y cinco

Muchos ya sabreis que hoy cumplo un año más de vida, y con este ya son treinta y cinco. Y este año los llevo muy bien. Sé que hay metas que ya no podré conseguir, pero cojo con mucho ánimos otras. Lejos de sentirme mal porque ves pasar años, me siento muy bien, incluso mejor que cuando cumplí veinte y diez. Pero sé porque, actualmente mi vida es mucho más plena. 
Estoy de celebración. Celebración que comencé ayer gracias a que mi amor me regaló uno de los regalos más maravillosos y felices que me han echo; una entrada a un concierto de mi grupo favorito de todos los tiempos. Amaral. Disfruté el concierto como una enana, una niña con zapatos nuevos, cantando, bueno vale, berrando todas las canciones, y como era sentada no podía bailar pero mis manos se movían a los ritmos levantándose y golpeando al aire cuando no golpeaba una contra la otra. Fué una noche increíble, además, me dí cuenta como algunas de esas canciones me retrotaían al pasado de la universidad. Las canciones de Amaral graban parte de mi vida, la juventud, la carrera de universidad y el año de Granada. Y si con el tiempo siguen así, grabarán también más hitos de la vida que logre vivir.
Pero el día es hoy. Y lo que te despierten tu novio y su madre con una tarta de fresas para que soples las velas (doradas y preciosas) aún con las legañas en los ojos no tiene precio. Y desayunarla ni os cuento. 
Pero no ha sido la única tarta de la que comí hoy. Me volví a Santiago por la mañana para comer con mis niñas, las compis del años pasado, las mismas con las que compartí tres años de mi vida. Vineron a comer, con postre sin duda y no podía ser la tarta de otra cosa que no fuera chocolate y con velas rojas. 
Ya van dos tartas, creo que por hoy mi preciosa silueta ya va más que servida, los bombones tocan mañana con los del trabajo. Y el sábado que viene cenita y fiesta con mi panda. Y si alguien quiere que haga otra celebración no tiene más que decirmelo, jejeje.
Hoy me despido deseando que el año próximo cuelgue fotos con el número 36.

domingo, 16 de outubro de 2011

mi sangre, tu sangre, nuestra sangre

Una de las cosas que me ha sorprendido últimamente en los grupos en los que estoy es que en otros países les piden a las familias que encuentren donantes de sangre para que se lleven a cabo las intervenciones quirúrgicas, aunque no es un requisito indispensable ni obligatorio, digamos que es necesario. Algunos lo encontrareis lógico, dar para recibir, pero se supone que la donación de sangre es altruista, dar sin condición, sin pedir nada a cambio, además, nunca se sabe cuando tú como persona vas a poder necesitar de la sangre de otras personas altruistas.
Es verdad que estoy en un país donde la donación de sangre, e incluso de órganos, es de lo más normal, un tema casi normalizado, la gente está bastante concienciada, o todo lo concienciada que se puede estar cuando firmas un papel para que un familiar fallecido done los órganos a otra persona que con ellos tendrá una buena vida. Pero restringiendonos en el tema sanguíneo, desde esta silla, hay cosas que si comprendo, porque las sufrí. Hace 21 años, en España la donación de sangre era más escasa y cirugías se retrasaban días por ese motivo. Recuerdo los mensajes por los altavoces para que la gente se pasara por el banco de sangre a donar, de todos los grupos, en especial los más raros. Ahora ya tenemos una infraestructura, por lo menos en mi comunidad (Galicia) aunque creo que en todo el país es igual, muy buena de donación. La donación se acerca a las plazas de los pueblos, universidades, polígonos industriales, grandes empresas, un autobús, con su personal. Entras, te hacen unas preguntas de rigor, te pesan, y si eres apt@ a donar. La disculpa de hay que ir lejos a donar, aquí ya no existe. En algunas noticias dicen que España es un ejemplo de donación, de eso estoy orgullosa. Y lo que creo que es más importante, nunca dejarán de intervenirte o te pondrán pegas para ello porque no has conseguido cierto número de certificados de gente que fuese a donar.
No soy de juzgar, ni pretendo hacerlo, pero hay cosas que sentada desde mi silla no entiendo. Hablando con madres (porque del tema solo hablé con madres) les pregunté porque eso, que me explicaran por qué hacían eso. Parece ser que no hay una tasa grande de donación de sangre. ¿Por? "Temenos muchos fantasmas". El miedo existe, las agujas no son grandes amigas, eso lo sabe todo el mundo, pero que es para una persona sana dar medio litro de su vida, en media hora de su vida, si puede salvar vidas. Y piénsenlo, ¿si vuestra vida dependiera de medio litro de sangre de otra persona altruista? 
No prentendo obligar a nadie a donar, ni que se sienta culpable por no hacerlo, pero desde mi condición de cardiópata congénita, que recibió litros de sangre ajena y que gracias a eso escribo hoy aquí, es mi labor levantar conciencias y llamar a la donación en todo el mundo, la sangre no se vende ni se paga.
Pero indagando en el tema de la donación con esas personas de otros países descubría alguna otra cosa que, perdonen si ofendo a alguien, me indignó profundamente. En cierto lugar que considero lo suficientemente avanzado como para decir que los homosexuales hombres, es decir los gays, no pueden donar, o no deberían donar por ser un grupo de riesgo. Díganme ¿que justificación tiene eso para que no sea discriminación directa? La razón más "científica" se arguye es el alto porcentaje de relaciones sexuales de riesgo que supuestamente tiene ese colectivo. Estamos discriminando a un colectivo por un número en una acción que es totalmente individual. ¿Se va a donar sangre como persona o como colectivo?. Considero que toda persona que dona sangre, lo hace por una acción altruista totalmente desinteresada y con la responsabilidad que eso conlleva de ser una persona sana, y que sabe los requisitos que debe tener en cuenta, pendientes, tatuajes, viajes a países de riesgo, ser mayor de edad, no estar embarazada, no haber tenido enfermedades víricas recientemente, tener un peso optimo, buena presión arterial, no haber tenido relaciones de riesgo, y repito, no haber tenido relaciones de riesgo, independiente de la orientación sexual con la que se identifica, es dicir, independientemente de que sea gay, lesbiana, bisexual, transexual o heterosexual, porque todos los colectivos tienen personas con relaciones de riesgo, y en todos los colectivos hay personas que pueden donar sus sangre individual y altruistamente.
Sepan que la sangre salva vidas. Mi sangre, tu sangre, su sangre, la sangre de todos y mi vida, tu vida y su vida pueden ser salvadas.

domingo, 2 de outubro de 2011

el corazón


29 de septiembre, día internacional del corazón. Os debo la entrada de ese día, pero ese día estaba mentalmente derrotada y el fin de semana nos tocó ir de entierro. Un corazón se paró. Contamos erróneamente nuestra vida por años, pero no son ellos los que marcan nuestra vida, sino los latidos del corazón. Eses, que un día en un vientre de una mujer comienza a latir y así seguirá hasta el ultimo latido. 
Sabemos que el corazón es un músculo, víscera, órgano importante, el motor de todo lo demás. Ya sabían esos nuestros sabios más antiguos, ya desde aquella, supieron que ese ruido de nuestro pecho, ese son rítmico es la música que suena en cada persona, la música de nuestra vida, la de nuestras emociones. Quizás por eso el corazón siempre se asoció a las emociones, sobre todo al amor, porque es en esas situaciones donde el corazón se nota más, los latidos ya no solo se oyen, sino que se sienten las palpitaciones, y en cada palpitación sentimos que estamos vivos.
Hoy solo os tengo algo que dicir, disfrutar de cada latido que vuestro corazón dea, no malgasteis ninguno, disfrutarlos hasta el último.
 

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