luns, 30 de maio de 2011

vacaciones (capítulo dos)

Llegué a la estación de Córdoba y me dispuse a esperar a mi amiga que tardaría un rato. Apareció y al vernos nos fundimos en un abrazo. ¡Tanto tiempo sin vernos! Nos pasamos por casa a dejar el equipaje y a ponernos guapas para ir a cenar y a la feria. Porque a Córdoba, además de visitar a mi amiga me fuí a la feria. Las ferias del sur son una fiesta, a mi me encantan. Se entran por una puerta, que por la noche está iluminada con ciento de luces (foto). La puerta de la feria de Córdoba hace una representación del monumento más importante de la ciudad, su mezquita. En este viaje no la he visitado, pero si lo hice en un par de viajes en años anteriores. Es preciosa y muy recomendable.
Las ferias se componen de las casetas. Infraestructuras prefabricadas de cartonpiedra y lona, algunas incluso con ladrillo y cemento pero son las menos. Hay varios tipos. Unas son más diurnas, tipo restaurante, para comer, con mesas y sillas, y de fondo casi siempre musica de sevillanas. Las más nocturnas, tipo pubs, con sus barras y toda la pista para bailar, donde de vez en cuando pinchan sevillanas. Las casetas son montadas por restaurantes, peñas, hermandades, asociaciones de vecinos, sindicatos, etc.
La primera noche me fui ya solo por la noche, con mi amiga y cinco chicas más, me pasé la noche andando la feria de arriba-abajo y viceversa, que forma de andar, creo que me cansé más de andar que de bailar, que fué la otra cosa que hice esa noche.
El segundo día en la feria también ha sido nocturna. Pero esta vez fuí vestida un poco más acorde, con un vestido floreado, pues no tengo uno de gitana, que son preciosos (y caros), pero si me puse una flor en le pelo (muy baratitas en los chinos) de color azul acorde con el vestido y con un guiño a mi chico, aunque no se diese cuenta. Ese día me canse de caminar con los tacones, ufff, si es que a veces soy tonta tonta.
El tercer día fuí de día, y viví la feria más familiar. Comimos en una caseta comida típica, entre ella algo que me gusta un montón y no hay por aquí; el salmorejo (foto, aunque este no es el de la feria). Luego nos fuimos a las atracciones, barracas o el nombre que tengan en cada pueblo. No he montado en ninguna, pues no me gustan mucho la verdad, pero pasé una calor asfixiante, ¡horrible!. En cuanto llegué a casa una ducha templadita, ufffff, que gusto. 
El resto del tiempo en Córdoba me lo pasé haciendo lo propio de vacaciones, descansando, y también lo propio del sur, disfrutar del desayuno y cena en terracitas, un placer que en mi ciudad por la climatología no es tan placentero.
Los tres días en Córdoba, de comida y baile, fueron mi segunda etapa en este viaje, ya despés tocó Huelva, donde llegué después de coger un tercer tren, próximo capítulo.

venres, 20 de maio de 2011

vacaciones (capítulo uno)

Seguro que algunos ya habíais pensado que me había olvidado de vosotr@s. El trabajo que tengo no es duro, pero llego a casa mentalmente agotada. Pero lo bueno de tener trabajo, no es solo el sueldo y la satisfacción que da para tu autorrealización, por lo menos en mi persona, sino porque normalmente tienes derecho a unas vacaciones. Pues ahora me encuentro en esos días. Hoy es mi tercer día de vacaciones. El primero me lo dediqué a mi imagen. Por si no lo sabéis, mi pelirrojo es artificial, así que de vez en cuando hay que darle una tintura a las raíces morena y cada vez más raíces blancas. Me fui a ponerme guapa. La tarde me la pase de compras y tomando algo con unas amigas que hacía siglos que no veía, y a hacer la maleta. Ayer, realmente empecé mis vacaciones con un viaje.
Me encanta viajar, y por un motivo y otro (siempre económico) hacía tiempo que no lo hacía, así que esta es la oportunidad. Decidí ir al sur. Calorcito de mayo, que aún no es muy intenso. Mi primera parada será en Córdoba, que está de feria, a visitar a una amiga a la se la debía hace siglos. Pero ahora estoy haciendo parada en Alcobendas en casa de mi hermana. 
Me vine ayer en tren hasta Madrid. En el Talgo diurno, que ahora lo llevo mejor que el nocturno. Es más ameno, se pasa más rápido, entre las pelis, el libro, la nintendo, el mp3 y los paisajes que pasan por la ventana, y vas viendo como cambian a lo largo del viaje por media España. 
Es lo que tiene mi país que del norte al sur cambian muchas cosas, muchísimas cosas, casi todo cambia. Primeramente, como ya dije, los paisajes. Sales de una Galicia con sus montañas y montes verdes, pinos (y eucaliptos),con pequeñas aldeas y casas solitarias espercidas por los sitios más inpensables, las vacas paciendo, los huertos pequeños de automantenimiento,... y poco a poco, las montañas se empequeñecen y todo va cambiando de color, el verde ya es otro verde, los árboles cambian y van desapareciendo, hasta que por sitios ves un árbol solitario en una gran explanada, las aldeas son más concentradas, y apenas encuentras casas solitarias, no ves apenas animales excepto que por casualidad veas algún rebaño de ovejas (lo que ayer no sucedió) y ya no hay huertos, si no grandes explanadas en las que se suele plantar algún cereal y con sus aparejos de regadío, y así vas llegando a la gran ciudad, que se anuncia con pequeños pueblos dormitorio.
Hoy me he despertado en casa de mi hermana a las diez, si si, a las diez, horario ya de vacaciones. Bueno, es verdad que me han despertado a las siete para que pudiera ver a mi ahijado, que en cuanto me vió me reconoció y saltó de alegría, yo no salté pero me alegré tanto más que él de verlo. Después de que ya se fueran a trabajar unos y a la guardería el otro me volvía a dormir, ¡hasta las diez!. ¿Que se hace en vacaciones? Pues me vestí, con un vestidito que hacía una temperatura agradable, lo que hace darte cuenta de que tus piernecitas aún están blancas como la leche. Me bajé a desayunar al bar habitual cuando estoy aquí, un cafecito pequeño, aquí le llaman mediana. Veis, esa es otra de las diferencia de España, en cada lugar el café con leche se sirve y se llama de otra manera, ¡menos mal que las tostadas se llaman tostadas en todo el país! Pues, a lo que iba, desayuno y paseíto mañanero. Ahora me dispongo a comer algo y ya me bajaré a Atocha a coger el AVE (Alta Velocidad de España; que no recorre toda España) para irme ya a la feria de Córdoba, que lo contaré en el capítulo dos.

domingo, 1 de maio de 2011

las madres luchadoras

Hoy es 1 de mayo, día del trabajo. Pero al caer en el primer domingo de mayo es también el día de la madre. Como comprenderéis no podría acostarme hoy sin dedicar una entradita a las madres luchadoras. A las que día a día sacan fuerza de coraje y valor para seguir en lucha, viendo como sus hijos crecen y se fortalecen, y quedando sorprendidas muchas veces de los fuertes que pueden llegar a ser sus hij@s, y sorprendiéndose ellas mismas de lo fuertes que pueden llegar a ser ante las adversidades. 
Madres que dan todas las horas del día, incluso dan la horas de sueño. Que corren de un lado para otro, que se pelean con todo el mundo, que buscan ayuda hasta debajo de las piedras, que esperan pacientemente y se desesperan esperando, .... y a veces solas y lejos de su casa y de su familia. Como mi madre, como la madre que conocí ayer. 
Sé que cualquier gesto de sus hij@s, una sonrisa, un avance, será suficientemente recompensa para ellas de todo el sacrificio que pueden llegar ha realizar. Pero yo pienso, y este es un pensamiento muy personal, que nunca llegaremos a agradecer lo suficiente tanta lucha y sacrificio, aun sabiendo que ellas lo hacen con tanto amor que no esperan que se lo agradezcamos de manera alguna.
Inmensas gracias a todas las madres en el día de hoy. 
GRAZAS NAI.

una visita especial

Hace una hora que he llegado a casa, y después de ponerme el pijamita y comerme un gran tazón de arroz con leche de mamá me dispongo a escribir mi día de hoy. Aunque quizás es mejor poneros en antecedentes. Tengo una amiga en Madrid que iba conociendo mi historia y a la par sabía la de otra persona, y se dío cuenta que parecían historias paralelas. Un día decidió hablarle de mi blog, y como una cosa lleva a la otra, acabamos hablando, bueno vale, escribiendo.
Cuando supe de esta persona, estaba esperando un corazón, hoy es una persona con un nuevo corazón, y la fui a visitar y conocer, y ha sido muy bonito.
Después de recogerme mis amigas en la estación de tren de A Coruña, buscamos el hospital y cuando por fin llegamos a el, yo seguía tranquila. Entramos, buscamos la habitación y como la acaban de fregar nos informaron de que tenímos que esperar a que secase, a la par de que teníamos que poner una mascarilla y unos guantes. Yo seguía pasmosamente tranquila. Llegó el momento en que podíamos entrar, y supimos que solo dos personas. Era lógico que entrasen primero ellas, son sus amigas y venía de conducir muchos kilómetros y horas. Me tocaba esparar un rato, y seguía tranquila. Pasaron los minutos, vi llegar a dos personas que se acercaban a la habitación, supuse acertadamente que eran familiares, les informé que ya había gente dentro. Salió una de mis amigas, los saludó y me acerqué, creo que en ese momento descubrieron que veníamos tres. 
Ya me disponía a entrar yo, como si llegase mi turno. El protocolo exigía nueva mascarilla y guantes, en el momento que me disponía a entrar salió mi otra amiga, así que cuando pasara estaría sola. En ese momento, mientras ajustaba el segundo guante a mi mano izquierda y abría la puerta, la emoción acudió a mí. Las manos se volvieron más frágiles, casi se había decidido a temblar y un pequeño nudo comenzó a subir hacia mi garganta, pero un efusivo "Hola Moka", me hizo ver al otro lado de la habitación una persona con una gran sonrisa y unos ojos claros que sonreían mucho más. Comenzamos ha charlar, de una forma como si nos hubiésemos conocido de toda la vida. Sabíamos que parte de nuestras vidas había sido similares sin saber realmente la nuestras historias. Como si hubiese una conexión mutua, como sabiendo que podemos hablar otra forma que igual que no hablamos con los demás. Intuí (o creo que lo hice) que tenemos un sentido del humor similar. Hablamos de historietas de la infancia, de hospitales, compartimos más de un par de anécdotas.
Me pasé parte del día en el hospital, conocía a familiares entre ellos a la madre. También charlamos, contamos historias, anécdotas y te das cuenta de la otra parte historia. Otras impresiones, otros sentimientos, otras emociones.
Ha sido un día especial, un día que no olvidaré. Conocí a una persona con una gran sonrisa, una mirada clara y un corazón nuevo.
 

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