luns, 4 de xullo de 2011

5 años

Hoy es 4 de julio. Los norteamericanos estarán celebrando su día de la independencia. Hoy hace cinco años que pasé mi primera noche en esta casa, y hoy, cinco años después, lo más seguro es que sea mi última noche aquí.
Miro a mi alrededor, y la sala esta casi vacía. Poco más me queda que la televisión, y dos cuadros, uno pintado por mí en la escuela, cuando iba a clases extraescolares de dibujo y pintura, la única que no requería esfuerzo físico. El otro de una de mis niñas, ya sabeis, esas que compartieron mi vida durante los últimos tres años. 
Me llevé casi toda esta casa a mi otra casa. Un montón de bolsas, cajas, alguna malete de ida y vuelta. Cosas. Muchas cosas. Demasiadas cosas. Pero si hago balance de estos cinco años, ¿que es lo que realmente me va quedar? Los recuerdos.
En cinco años he compartido piso con seis chicas. El primer año, las dos muy distintas entre si y muy distintas a mí. Con ninguna acabé teniendo una relación muy intensa. Pasaron por aquí un curso, como si pasaran solo viajando, no dejaron ni huella.
El segundo año compartí piso con dos chicas extrangeras; una checa y la otra polaca. Fué un año muy malo. Con la checa tuve inmensos problemas. Llegué a no querer compartir espacio con ella, fué un año donde tuve una gran depresión que también era por otros motivos. Mi habitación era mi gran refugio, podía pasarme horas y horas allí encerrada. Pero gracias a internet ese años hice un montón de amigas, pero esa es otra historia que en otra ocasión contaré. Con la polaca me llevaba muy bien. Era mi vía de escape en la casa. Sigo teniendo relación con ella. Admiro a esa chica. Se vino de Polonia a España. Luego se fué a Gabón, y ahora vive un Bruselas.
El resto de los tres años que quedan ya sabeis. Mis niñas. Desde el primer año, formamos una buena piña. Formamos una pequeña familia. Nos contabamos las cosas unas a las otras. Echaré de menos el cachondeo de una y la cama de la otra, donde siempre que llegaba de estudiar primero y luego de trabajar me sentaba y hablamos un ratito. 
La vida se rige por ciclos, y hoy estoy cerrando un de ellos. Un ciclo de cinco años exactos. 
Hoy estoy muy triste. Sé que cambio para mejor, y que habrá otro ciclo, con sus cosas malas y sus cosas mejores. Aún así no puedo evitar que lágrimas corran por mis mejillas de vez en cuando. No os preocupeis, mañana comenzará otro ciclo y seguro que estaré bailando.

1 pensamientos externos:

Kaxa dixo...

Pues la chica polaca también te admira a ti: mira como ha cambiado tu vida desde ese año en Santiago, cuantas cosas has conseguido! Mucho ánimo! Yo lo sé mejor que nadie: los cambios son buenos y te hacen más fuerte!

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