Como dije en mi presentación ha nacido en París, donde he vivido hasta los cinco años de edad. Allí los profesores no daban muchas alternativas a mi madre, aparte de si la niña va tirando y va tirando bien, y así era, hasta los cinco años, más allá de baja estatura y bajo peso (era tremendo darme de comer según mi padre) y las infecciones típicas de la niñez sobreviví sin ninguna medicación, era una niña normal que jugaba y le encantaba ir al parque con mi padre para jugar con la arena.
Mis padre emigraron a París para ganar algo de dinero y hacerse una casa, pero al final decidieron volver porque querían que sus hijos estudiasemos aquí. Así que llegó el momento de que mi madre le plantease a los profesores como seguir mi evolución en España. Uno de ellos le dijo que había un equipo de cardiología infantil en Madrid en el Hospital Ramón y Cajal muy bueno.
En cuanto se instalarón de nuevo en Galicia mis padres, fueron a mi Cardiólogo de Santiago de Compostela, el entrañable Dr. Fuster (d.e.p) y este, a sabiendas de la fama del equipo del Ramón y Cajal no dudó un momento en remitir mi caso. No recuerdo lo que pudieron tardar, pero con seis años yo viajé por primera vez a Madrid.
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